Lorena ha vivido en un auténtico infierno desde que descubrió que estaba embarazada de su exesposo. Sola, con limitaciones y cargando el peso de una mala reputación, enfrentaba día tras día los estragos del embarazo, completamente desprotegida. La devastación llegó cuando fue señalada como traidora. Un video íntimo con el hermano de Wilden Richardson, Levis, se filtró al público, destrozando todo a su paso. Desde ese momento, Wilden la odiaba con una furia desmedida. Sin embargo, el tiempo reveló una verdad inesperada: aquel video era falso. Un día, frente a él, apareció un niño. El niño tenía sus mismos rasgos, y Wilden no dudó ni por un segundo que ese pequeño era su hijo. Pero Lorena estaba destrozada, herida hasta lo más profundo. No iba a ceder, no después de haber sido humillada y tratada de manera tan cruel por el falso video. Ahora Wilden está dispuesto a hacer lo que sea necesario para recuperar a Lorena, para ganarse su amor. Pero no será fácil. No solo tendrá que enfrentarse a las profundas cicatrices que él mismo dejó, sino también a una familia llena de secretos oscuros. Levis lo odia a muerte, y todo se reduce a una única razón: Wilden es el único heredero Richardson. Y como si eso no fuera suficiente, la aparición inesperada de Corinne, la madre de Lorena, lo complica todo. Se creía muerta, pero ha vuelto, fingiendo ser la madre sacrificada que siempre veló por su hija, cuando en realidad guarda secretos sombríos. Entre ellos, una muerte que ha sido cuidadosamente encubierta. El verdadero objetivo de todos es Peter, el hijo de Lorena y Wilden. Constantemente acechado por el peligro, Lorena no tiene más opción que aliarse con Wilden. Con el tiempo, las atenciones y la determinación de él empiezan a debilitar las barreras que ella ha levantado alrededor de su corazón, esto quizás haga que se enamore de él nuevamente.