La familia Fitzgerald vivió con un secreto y murieron por un error. Secreto: tienen en su poder una antigua gema muy valiosa y codiciada por todos los conocedores de su historia. Error: Mataron a la esposa del único hombre que guardaba el secreto. El hombre buscó venganza, matando a los padres de Nayla, la única hija del matrimonio quien siempre todos vieron como la pequeña reservada e inocente en un mundo tan complicado, y debelando el secreto a todo aquel que codiciara la gema fuera a cazarla para que alguno de ellos terminara con el trabajo que él no pudo. Nayla, quien no sabía de la gema, hasta ese momento, pues sus padres le ocultaron el secreto durante años, ahora debe protegerla a toda costa mientras sigue haciendo crecer el imperio de los Fiztgerald y trata de mantener su cabeza sobre su cuello. Nayla creció formándose como una asesina en toda regla, pero seguía siendo aún una niña desamparada a los ojos de los jefes más peligrosos y los sicarios con más experiencia, que no dudan en poder eliminarla de sus caminos para obtener tan preciado tesoro. Todos la subestiman por años, hasta que asesina a McCray, el Jefe de una gran organización, con muchos años de experiencia en el campo y muy respetado por toda la comunidad de la mafia. La niña de ojos de mar había demostrado su valía esa noche, pero también fue una invitación para el resto de los Jefes y sus organizaciones. Ahora más que nunca deseaban la gema, pero la verdadera excitación surgía en enfrentarse a Nayla y poder decir que mataron a la única que quedaba de los Fitzgerald. Nayla sabía lo que debía hacer, pero es humana y sus sentimientos también se ven afectados en el camino al conocer a Gwen.